Mujer de caminar macilento,
cuántos senderos habrás andado,
tu cuerpo fino y pequeño
en la fragua de la vida sea templado.
Dama, de ojos luminosos y pícaros,
de mirada tranquila pero llena de fuego,
en tu mente ágil, las ideas se agitan
como tus cabellos al viento.
Humilde, detienes tu andar
para guiar a enredados jóvenes,
transmitiéndoles la alegría de vivir
en un mundo tan enfermo.
Señora valiente, confrontas
a la vida con el aplomo del tiempo,
nutriente para tus amados
y una guerrera con el adversario;
sin importar el mañana,
no detuviste tus pasos.
Lunaoscura
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