En la penumbra descubrí
tus ojos y
me perdí en tus
pupilas;
ven, siénteme, tócame,
este fuego sagrado
que arde como dulce
incienso
sólo es para ti.
Ángeles y los demonios
nacen
de mi vientre,
haz que esta pasión
los guíe,
mientras volemos
hasta el cielo.
Cúbreme en un abrazo
tierno,
cautívame con mil
locuras,
agita mis labios en
cálidas caricias
en esta noche
somnolienta.
Tu ardiente pasión
sustituye
a una fría memoria y,
mi corazón late con
fuerza
por una nueva ilusión.
Lunaoscura