Su llanto me despertó
a las tres de la mañana, era un espectro derrotado y yo lo acompañaba, en
principio, obligada por el miedo y después molesta, pero me detengo, aguzo el oído,
me doy cuenta de que es una hermana que perdió el camino.
La atrajo la
atrayente lata de la felicidad instantánea, sin darse cuenta que estaba caduca.
La enveneno, esa es su escusa, quién puede saberlo.
Su vida transcurre
entre alcohol y melancolía. Risas estúpidas y profunda pena. Arrastrando su confusión
y rabia en la oscuridad de las madrugadas, hasta que el licor la derrumbe en el
asfalto inerte.
La niebla mortecina
nubla mi mente, su llanto lo escucho cada vez más distante, pero antes de que el
sueño me robe la conciencia, deseo que las nubles etílicas adormezcan a esa pobre
anima doliente.
Lunaoscura
una felicidad paralela---
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