Un
fino manto de renuncia envuelve la piel, los latidos del corazón y el insistente
silencio anega el alma. Se desvanece de la memoria las palabras que sembraban
ilusiones en mi esencia.
Con
lágrimas intento borrar los sueños pegados a los párpados, pero ya no es
posible, es una marca indeleble.
Camino
con tantas personas, pero siempre invento un futuro que se escapa, ya no pido
unos minutos, solo deseo que no me olvides.
Aprenderé
a callar el amor, a estrujar la tristeza, a preparar cosas rutinarias… sin
poder evitar preguntarme como seria el estar juntos, imaginando nuestros
rostros cansados, tiernos, enojados, deseosos, enamorados... Conservaré la
cordura y a veces permitiré que el dolor vuelva.
Más
ligera de todo aquello con lo que soñamos y renunciamos, seguiré viviendo, pero
siempre queriendo encontrarte.
Hasta
entonces, solo te digo, hasta un mañana.
Lunaoscura
No hay comentarios:
Publicar un comentario