En mis horas de otoño,
en estado letárgico
dejaba correr el tiempo
sin ninguna ilusión.
Súbitamente, vienes
embriagando de candor
los días grises
mi incolora existencia.
Devolviéndome la lozanía
de la adolescencia,
ruborizando mi corazón
con oleadas de simplicidad.
Tu cercanía distante,
reaviva en mi escaldado ser
un ansía dementé
de volver a querer.
Lunaoscura
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