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| By George Digalakis |
Un muñeco desvencijado,
exige cariño no sembrado,
no es por maldad pura
tiene el corazón dañado.
Aquellos que compro,
se han marchado,
los que están, buscan pago,
nada es regalado.
El tiempo no perdona,
su alma solitaria
sufre de dolor y nostalgia,
la vida lo abandona.
Angustiado pide ayuda,
mas su grito se ahoga,
nadie lo escucha,
es solo un ente olvidado.
No hay otro camino,
le dice su conciencia,
un lisiado no tiene salida,
es momento de la huida.
Una mañana soleada,
siente el sol en su cara,
como única despedida
un disparo. ¡Adiós, vida!
(d.e.p. tajtli)
Lunaoscura
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