Era otoño, Luz caminaba por la
calle del centro de la Ciudad ,
embobaba viendo las construcciones antiguas que pululan en el lugar, imaginado
sus momentos de esplendor.
Las calles empedradas y carruajes
tirados por caballos. Las damas y los caballeros con sus vestimentas de época y
los indígenas, mestizos, criollo y demás personajes, deambulando a toda prisa
realizando sus faenas, tal como lo había visto en documentales históricos.
El ruido de claxones y el barullo
de miles de voces al unísono, la hicieron volver al presente.
El presente, también tenía su
encanto. Calles invadidas de vendedores ambulantes, un sin número de objetos en
venta que, al entorno invadían de colores,
texturas y tamaños, y una marejada humana que como hormigas iban de aquí para
allá. Todo es un caos multiforme.
Sin previo aviso, Luz sintió un
empellón, perdiendo el equilibrio, estuvo a punto de caer, por no ser una
mano fuerte que la sostuvo del brazo.
Entre enojada y sorprendida, le
dio las gracias a la persona que le había ayudado, mientras se arreglaba la
ropa y recuperaba la compostura. Luz levanto la cara para expresar una sonrisa
de agradecimiento. Cual va siendo su sorpresa, era ni nada ni nada menos que
Víctor.
Víctor había sido su novio a los
diecisiete años. Su comportamiento en esa época con el pobre de Víctor, había
sido como un dolor de muelas. Caprichosa, voluntariosa, grosera y demás tonterías.
Después de un tiempo de “relación”,
termino con Víctor para relacionarse con un chico mayor que la hizo ver su
suerte. Después de seis años decidió terminar con eso.
Luz y Víctor, se perdieron por
catorce años, hasta una tarde en que Luz buscaba que alguien que resolviera un
problema de computo. Después de marcar números y más números telefónicos, una
señorita la atendió pacientemente y Luz pudo explicar lo que necesitaba.
Esa mujer, diligentemente, le
indicó:
- Claro, ya entendí,
le voy a pasar la llamada al ingeniero Mendoza, él se encarga de eso.
Después de unos pocos minutos, se
oyó una voz que le decía.
- Buenas tardes.
¿Dígame en qué puedo ayudarla?
Luz le explico, lo que necesitaba
y para que lo quería.
Su interlocutor, señalo.
- Ya entendí,
mañana háblame como a esta hora y le daré una respuesta.
Luz le dio las gracias y le
pregunto su número telefónico y su nombre.
El de la voz dijo con toda
tranquilidad.
- El número es
el mismo que marco y mi nombre es Víctor Mendoza para servirle.
Luz anoto los datos, al terminar
de apuntarlos, para verificar que fueran correctos los leyó. El nombre de la
persona le pareció conocido.
Curiosa como era, le pregunto si
alguna vez había trabajado en una institución gubernamental.
- Él le respondió
que sí, cuando tenía como diecisiete años ¿Por qué?
Con alegría Luz le dijo quien
era, se pusieron a platicar por un rato y acordaron verse para ir a comer al
día siguiente. El lugar del encuentro, era un restaurante a que iban cuando
eran novios.
Al día siguiente cuando llegó al
lugar, ya estaba Víctor. No era el chico que recordaba, era un hombre de
treinta y tres años y ella una mujer de treinta y dos.
Él se había casado, Luz estaba
con los preparativos para su boda. Comieron, recordando compañeros de trabajo,
chismes. La pasaron excelente.
Al la salida, Víctor la acompañó
a su oficina, estaba muy cerca, caminaron como en antaño. Él cargaba su bolsa,
esto a Luz le produjo remordimiento, se acordó lo grosera que había sido con
él, más no dijo nada por pena. Llegaron a la esquina de la oficina de Luz y se
despidieron.
Cuando llego a su oficina, Luz se
sentía confundida, si bien ya habían pasado muchos años de esa relación, ella
siempre guardo un recuerdo especial de Víctor. Sentía cariño y remordimiento a
la vez.
Con esos pensamientos, fue
sorprendida por su prometido, que sin avisarle había ido a verla, estaba
furioso y empezó una bronca por su ausencia.
Luz con remordimiento y susto no
atinaba que hacer, hasta que sintió arder su mejilla derecha. Ricardo la había
dado una bofetada y salio de la oficina diciendo improperios.
Como todo abusador, esa noche fue
a la casa de Luz pidiendo perdón y jurando que no volvería a pasar.
Al día siguiente, recibió una
llamada cerca de la hora de comida. Era Víctor para invitarla a comer, frente
de ella estaba Ricardo, sintió que la sangre se le bajaba a los pies, trato de
disimular el nerviosismo, muy formal hablo con Víctor sobre el proyecto.
Ricardo, espero a que terminara
de hablar para decirle que se tenía que irse y muy probablemente no la pudiera
ver en la noche, tenía una reunión con sus compañeros de trabajo, Luz sólo
atino decir que estaba bien.
Ya sola en la oficina, quería
hablarle a Víctor para ir a comer, con él se sentía muy bien, por otra parte
consideraba que no era correcto, él era casado y ella estaba comprometida.
Con todo ese dilema, tomo el
teléfono y le marco a Víctor para aceptar su invitación, era sólo ir a
comer que tenía de malo.
La comida transcurrió entre
pláticas y risas. A la hora de acompañarla a su oficina, Víctor le dijo que la
seguía queriendo. Luz entro en pánico, él era casado, pero no podía negar que
lo que decía Víctor era cierto, ella siempre había tenido la certeza sobre sus
sentimientos.
Trato de explicarle que no era
posible nada, él estaba casado y ella estaba por casarse. Víctor le respondió
que a su sola aceptación se divorciaba, Luz dudo, recordó lo mal que se
comporto con él y lo mal que se comportaba Ricardo con ella.
Por un momento estuvo a punto de
aceptar. No obstante, ese titubeo, le dijo a Víctor que era la última vez que
se veían, de darse otra salida, podrían lastimar a otras personas. Llegaron a
la esquina de la oficina, se despidieron.
Luz se caso con Ricardo tuvieron
hijos y una vida de maltratos, hasta que finalmente se separo de Ricardo. Tuvo
que empezar de nuevo, el matrimonio la había acabado en todos los sentidos.
Ahora, después de quince años, la
vida los vuelve a reencontrar en el centro de la ciudad, donde hay miles
de personas transitando.
Ambos separados con hijos y
tratando de salir adelante. Nuevamente, la vida los ponía aprueba.
En esta ocasión, intentaron darle
una oportunidad al destino, por un tiempo salieron pero no resulto, había entre
ellos mucha historia y compromisos. Las salidas se espaciaron, ninguno de los
dos intento buscarse.
Cuál era la moraleja de esa
historia, sólo el tiempo se los dirá.
Lunaoscura
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