domingo, 20 de septiembre de 2015

Carnaval

El destino actúa silencioso,
e imperceptible,
entonces la soledad
empuja con más fuerza,
y el desaliento acude de inmediato,
el amor se reduce a un instante.



Año tras año, esperando
la promesa de regresar
y otra vez repitiéndose
el fatídico desenlace.

El rostro somnoliento
y cansado de esperar,
busca por las calles
entre la muchedumbre
disfrazada y bulliciosa,
para terminar al fin
viviendo su muerte
como la muerte misma
de un carnaval.

Suspirando el último suspiro
se culpa de lo que nunca sabrá
¿Por qué el amor sea marchado?,
esquivado mil mascaradas.

Es la última noche y la luna lo sabe;
sin amor la noche muere
como una estrella perdida
en las oscuras sombras.

Se le han secado las lágrimas,
esta vez también ha olvidado,
perdido en un torbellino sexual
que surge de las profundidades
de la mirada de la lujuria
y arrebata la voluntad al amor.


Lunaoscura

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