(Para mi hijo Edmundo)
Guerreando su individualidad,
regresando a la cuna,
el adolescente oscilando va.
Rebelde de voz cambiante,
de mirada tierna,
surge del niño su identidad.
Los tiempos de papilla,
quedaron atrás,
palitos y plastilina,
una etapa más.
Como espiga tierna te yergues,
ante la vida,
lleno de esperanza e incertidumbres.
Llegó que intentes volar,
abre tus alas con libertad,
surca seguro el horizonte.
Me invade la nostalgia,
al verte a la distancia,
seguro conquistando al mundo.
Anda mi niño, ve a vivir
que la vida es hermosa,
si la sabes conducir.
Lunaoscura
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