Esas calles por las
que apenas pase, pero que siento que mis pies las recorrieron un millón de
veces. Los lugares que vi fugazmente, pero de los cuales tengo la sensación de
que son tan familiares como mi habitación.
Una fotografía y la duda
de saber quién era yo.
Esos lugares en los
que me enamorarías siete veces más. Imágenes que se agarraron a mis huesos y aún
no he suelto.
La imagen de aquel
hombre, con un punto de alegría por conocerme. Y yo con pena por no poder. La
tristeza y un corazón saliéndoseme por la boca… una melancolía carcomiendo la
esperanza.
El recuerdo de aquella
luna… y un jamás.
Lunaoscura
casi onírico.
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