Ha sido un camino lleno de buenos propósitos, los que, la peregrinación se ha encargado de desfigurar, pues bien, he decido vivir otra realidad, ajena a este mundo ramplón en el que los espíritus inquietos no tienen un lugar.
Iré por el sendero que inscriban la luna y los luceros, ahí en donde las quimeras habitan y todo es posible.
En donde la soledad abriga con un adiós y la pasión despierta para reanimar los sueños. Adonde, la luz de una nueva verdad, baña el rostro, elevándonos en un vuelo con las alas de la libertad, sin más límites que la imaginación.
Ahí, donde se puede cultivar, al rayo de la luna llena, un jardín de ilusiones, para cosechar una nueva existencia sin ser un paria de la virtud.
Se alejaran las lágrimas y el desencanto de este mundo de desesperación y rechazo, en donde la melancolía es una cárcel con barrotes de promesas incumplidas y grilletes de fracaso y desamor que inmovilizan a las almas en pena.
Lunaoscura
No hay comentarios:
Publicar un comentario