jueves, 9 de octubre de 2014

Sin ti puedo ser feliz

Muchas veces me pregunte si podría ser feliz a pesar de tanto dolor que tu amor me causo con su deslealtad… Regresaban a mi mente los recuerdos, aquellos que tanto duele. Veía pasar el tiempo y pensaba que jamás volvería a ser feliz ni a amar como lo hice esa vez.

 Deambule como un espectro del inframundo, sin alma sin corazón en una sociedad que sólo juzga y condena. ¿Qué saben del dolor que lacera a un corazón? ¿Qué saben de entrega incondicional? Todo lo resumen a fabulosas recetas de felicidad instantánea.

Fueron noches de amarga condena, mis ojos perdieron el brillo, en mi rostro se dibujaron líneas de frustración y amargura. Mientras tú, seguías atormentando mi razón.

Una noche decidí que no podía seguir así, era momento de parar ese pesar, decidida tome mil pastillas que mitigarían el dolor. Cuando ingería las primeras una luz invadió mi cabeza. No sabía, si era efecto del medicamento o si era la muerte misma que acudía a recibirme.

Mi cuerpo se convulsiono y cayó al suelo, me sumergí en un pozo de oscuridad, rodeada de miles de entelequias que danzaban a mí alrededor. Unas reían y otras lloraban. También las habían que gritaban desesperadas por una nueva oportunidad.

En ese lugar, todo era confusión, estaba desconcertada, hasta que a mi se acerco un espectro luminoso, despedía una luz azulada. Con un semblante desdibujado pero apacible, se sentó a mi lado y me tomo la mano. Su mano era fría y delicada, con su contacto en dolor que me embargaba desapareció.

Su voz era dulce con una profundidad de ultratumba, sin voltear a verme empezó a hablar.

-                    Siempre hay vendas de amor para curar nuestras heridas. El amor, si bien es lo más hermoso, también puede llegar a ser el dolor más profundo en tú corazón. Hay que saber levantarse, hay que preparar la mente para una nueva vida, ya no puedes estar pensando qué será tu vida sin esa persona, debes enfrentar a esos fantasmas que aparecen cuando piensas que ya se han ido.

Después de haber dicho esas palabras, se levanto perdiéndose entre una neblina.

Permanecí tirada sin comprender que había querido decirme, cuando un remolino me arrastro sin que pudiera hacer nada. En ese momento, pensé “Ya morí”

Acto seguido, abrí los ojos, estaba tirada en la alfombra de mi recámara, todo estaba en tinieblas. Tenía un intenso dolor de cabeza y me sentía mareada. Como pude me incorpore, dirigiéndome al baño, me provoque el vómito.

Dormí no sé cuanto tiempo, cuando nuevamente desperté el sol alumbraba la estancia, un sabor amargo impregnaba mi boca y seguía confundida pero algo había cambiado.

 Me dirigí al baño para mojar mi cara, cuando me observe en el espejo. Sin pensar, me dije:

-                    ¡Basta! No sigas con eso, levántate, mírate, acaso no ves una mujer mucho más valiente, más decidida hacer las cosas de forma diferente… Convéncete de que vas a salir adelante a pesar de los obstáculos que la vida te presente.

Claro que puedes volver a ser feliz sin él, no es el centro de tu universo. Seguro que en tu vida hay más de un hombre dispuesto a hacerte feliz que te ayudara a recoger los pedazos que han quedado esparcidos por el camino.

Los meses pasaron, con esa nueva actitud tenía mejores días y otros no tan buenos pero seguía adelante. Un buen día, él me busco pero ya no era la misma que algún día lo amo.

En su rostro se veía la culpa y el arrepentimiento, trato de dar una serie de explicaciones, todas descabelladas. Cuando por fin, me pregunto que si podría darle otra oportunidad, bien segura de la mujer que soy, le respondí.

 “Sin ti puedo ser feliz, y lo soy”

No he encontrado el amor pero no hay prisa, el amor que busco no es uno del monto.



Lunaoscura

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