Pues… este…
verá usted… Todo empezó por culpa de la televisión. La tele me
espiaba, me miraba mientras yo oía la radio. Luego los cuchillos me atacaron, cortándome
las yemas de los dedos, que crecen como si fueran plantas, pues las riego a
diario.
En tanto, el
aire acondicionado refrigera mi comida, mientras me echo sobre la nevera para
ver la radio y espero refrescarme del calor con las bocanadas de aire fresco de
mi sofá...
Fue el
televisor que me corrompió, primero se negó a enseñarme las piernas de las
presentadoras. Luego escupía basura a través de las bocinas y en la pantalla
siempre estaba el mismo tipo, que me miraba fijamente y hacía oraciones en otro
idioma con intenciones hostiles.
A esta
paranoia, se unió la guitarra, me tocaba por las noches mientras yo me recostaba
en mi cojín para perros. Pero sus cuerdas frías me hacían daño; así que yo
cogía la pala y le acariciaba hasta que se callaba y se quedaba dormida.
Mi familia insistía
que estaba loco y terminaron por irse, la única compañía que me quedaba era mi
perrito, Pancho. Pero se ahogó un día cuando se ponía la corbata para ir a
trabajar. Estaba borracho, era alcohólico. Se bebía todo el vodka de los
floreros.
En fin, muchas
cosas han cambiado desde la primera vez que entré en esta casa. Guardo grandes
recuerdos en mi piscina de los recuerdos. El resto los amontono en la chimenea.
Como añoro los viejos tiempos en que no había televisión.
Lunaoscura
aguda observación-perdimos imaginación y creatividad,debido a ciertos aetefactos duales en su aporte,,saludo.
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