lunes, 22 de agosto de 2016

Contigo aprendí…

Ni sus hijos, ni nietos, visitara a Emma para celebrar su cumpleaños, en la residencia de ancianos. No la visitaran, con la excusa de que no los reconoce, desde hace ocho años le diagnosticaron Alzheimer.



Juan, su esposo y compañero, no se resigna, y hoy, como todos los días, le cogerá la mano y vera como en su rostro se dibuja una sonrisa. Así estarán toda la tarde, reviviendo sesenta años de recuerdos. Ella, sonriendo, mientras en la habitación se escucha una y otra “Contigo aprendí. A ver la luz del otro lado de la luna. Contigo aprendí. Que tu presencia no la cambio por ninguna”  


Lunaoscura

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