No son de oro mis lamentos, ni alquimia son mis lágrimas. No
maldigo mis horas áridas. Sigo sin soñar nada, tropiezo y vuelvo al tiempo
lento, a las orillas del silencio. Se ha agotado el temor de recorrer el vacío,
sin decir nada. Deje atrás esa soledad que surcaba mi basto océano, hoy es un
espacio sin más silencios.
Lunaoscura
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