Luz llevaba tres años casada, y tenía a su pequeño hijo José; su matrimonio era lo que se había imaginado, Ricardo, su esposo, era trasnochador, mujeriego y bohemio que, se limitaba a proporcionar a su familia los bienes materiales necesarios para la manutención, difícilmente convivía con ella y su hijo. Haciendo las discusiones, cosa frecuente, Luz se sentía devastada, situación que la deprimió profundamente, orillándola a refugiarse en su pequeño hijo.
Una tarde que regresaba de
trabajar, el conserje del edificio le entregó un sobre, le pareció extraño,
ella no recibía correspondencia. En su departamento, lo revisó con
detenimiento, no tenía remitente, curiosa lo abrió, dentro del sobre, había
fotografías y cartas, al principio, no entendía de qué se trataba, se sentó en
la sala y leyó.
Era la letra de Ricardo, eso era
indudable, manifestando el amor y la pasión que sentía, con cierta ingenuidad
quiso creer que eran para ella, pero conforme leía, se dio cuenta de que se
trataba de otra mujer. Un calor invadió su cuerpo y los ojos se le inyectaron
de rabia y dolor. Reviso las fotografías, ahí estaba su esposo en compañía de
su mejor amiga.
Estaba doblemente herida, como
mujer y amiga. Cómo era posible que, Isaura le hubiera podido traicionar de esa
manera y que decir de Ricardo, descarado sinvergüenza. No veía la hora de que
llegará, tenía deseos de matarlo, afortunadamente, él llegó demasiado tarde,
permitiendo que el odio y dolor que sentía Luz amainara.
Pasadas las doce de la noche, oyó
abrirse la puerta, decidida tomo las cartas y las fotografías y salió a su
encuentro. Ricardo, se sorprendió, su esposa tenía tiempo que no lo esperaba,
con desparpajo le dijo.
-
¡Hola!, qué hay de nuevo.
Por el semblante de Luz, se dio
cuenta de que algo andaba mal. Ella no articulaba palabra, solo se limitó a
entregarle un sobre.
-
¿Qué es?
-
¡Revísalo y dame una explicación!
Abrió el sobre y saco las
fotografías, su semblante se puso tan pálido como la cera, por unos instantes
no dijo nada, pero como la mejor defensa es el ataque, comento.
- ¡No sé qué significa! ¿qué es lo que pretendes?,
somos Isaura y yo, cuando nos enviaron a ver un asunto de la oficina, te lo
comente.
- Lee las cartas y dime si también, son parte de
un trabajo de la oficina.
Este, tomó una de las cartas y
empezó a leerla, nuevamente se puso libido, era obvio que estaba ideando una
explicación, pero Luz no le dio oportunidad.
- Hoy entiendo muchas de tus actitudes y
desinterés, sabes esto no lo voy a tolerar, quiero el divorcio.
En ese momento, sonó el teléfono,
Luz atendió la llamada, era Isaura, llamaba para preguntarle si había recibido
el sobre. Luz puso el alta voz y con una frialdad que impresiono a los dos
amantes, le pregunto cuál había sido la finalidad. La mujer le explicó, que mucho
antes de que se casaran, ellos tenían una relación, al principio la considero
una aventura, pero conforme el tiempo pasaba y las actitudes de Ricardo, esta
se volvió más sería.
- Entonces, me puedes explicar, porqué tú no
detuviste la boda y te prestaste a ser mi dama de honor.
- Ricardo me prometió que una vez casados y que
cumpliera su palabra dada a tu madre, te pediría el divorcio, pero resulta que
te embarazaste. por lo que acordamos que una vez que naciera el bebé, se
divorciaría. Pero con eso, de que el bebé nació enfermo, sea postergado y yo
necesito que me cumpla su palabra.
- ¿Qué mi hijo nació enfermo? ¿de qué hablas?, es
el bebé mas sano que haya visto.
Ricardo, no decía una sola
palabra, había sido descubierto en sus mentiras. Luz, ya tenía toda la
información que necesitaba y colgó.
Con esas pruebas irrefutables, le
pidió a Ricardo que tomara sus cosas y se fuera. Este, trato de dar
explicaciones, pidió una segunda oportunidad, hizo alusión a su hijo, pero Luz
estaba cansada de tanta mentira.
- ¡Sacas
tus cosas o quieres que las saque yo, esto se acabó!
Ricardo, nunca la había visto tan
decidida, siempre había sido una mujer dulce y sumisa; trato de detenerla, pero
esta se volteó y le arrojo un florero que había ahí. Se dirigió a la recámara,
mientras su esposo planeaba como salir del embrollo. Tiempo después, apareció
nuevamente, con unas bolsas de basura que contenían las pertenencias de
Ricardo. Sabiendo, que no le convenía provocarla más, tomo las bolsas y se
retiró.
Al día siguiente, le llamo a la
oficina, le pedía que hablaran y para no caer en dramas, propuso un
restaurante. Luz acepto, tenía que definir los términos del divorcio, además no
permitiría que volviera a poner un pie en su casa.
Se entrevistaron, pero Ricardo no
llegó solo, iba con su mejor amigo y la esposa de este, serían según las
palabras de Ricardo, los mediadores. Esto no le hizo, ninguna gracia a Luz,
Jorge era igual o peor que Ricardo y Lupe, pobre mujer estaba llena de
pastillas ansiolíticas.
El primero en hablar, fue Jorge,
argumentando los problemas que se tienen que superar dentro del matrimonio y
las debilidades que los hombres tienen, obviamente, Lupe secundaba todo lo que
decía su marido. Una vez, que la pareja termina de exponer, Ricardo trataba de
convencerla de regresar.
Abrumada, le pidió tiempo para
pensarlo, acordaron que los fines de semana, podría ir a visitar a su hijo. Eso
se mantuvo por unos dos meses, hasta que nuevamente, Isaura la llamó para
exigirle que le diera el divorcio a Ricardo, que dejara de manipularlo con el
bebé.
El siguiente fin de semana, cuando
Ricardo llegó, Luz le presentó la demanda de divorcio. Al sentirse nuevamente
descubierto y no deseando tener a su mujer de enemiga, firmo.
Lunaoscura
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