Todo empezó cuando oí ese grito. Los animales arremetían contra las cercas y los perros aullaban. Una pesadez envolvió la noche, en la loma ese mísero alarido, se prolongaba. Trate de levantarme, mis piernas apenas me sostenían. Escuche mi nombre, la voz se me quebraba. Como pude salí, ahí estaba mi familia con cara de susto. Escuchamos golpes en la puerta. Eran los vecinos. Unos decían que había sido la llorona, otros, un coyote. En eso apareció don Roque, pidiendo ayuda. Subimos la loma, había un cuerpo. Una anciana, dijo lo mato el nagual. Santiguándose.
Lunaoscura
No hay comentarios:
Publicar un comentario