Finalmente, todo termina,
se reduce a recuerdos añejos
desvanecidos en la memoria
en una sinfonía de sádico dolor.
Ven a mis brazos
hay que comenzar de nuevo
con el entusiasmo de mozuelos
recolectando quimeras.
Amémonos nuevamente,
sabiendo que mañana
solo seré un recuerdo.
Extasiémonos con ambrosía,
como espíritus callados,
en este interminable juego
entre realidad y fantasía.
No hay tiempo que perder
ven pronto a mí
que los sueños de ayer
son olvidos al viento.
Lunaoscura
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