¡Hola, mujer casada!
Engañosa sombra de tu espeso marido.
¿Cómo van tus mentiras?
¿Cómo te ha ido,
anoche,
cuando él te ha implorado
un poco de tu sexo,
manantial que no sabe
si ha muerto o se ha dormido?
¿Qué le has dicho esta vez,
qué trama le has urdido?
¿Imaginas,
cuando ya no tenga excusas tu soledad,
cuando hasta masturbarte te parezca
el hastío?
¿Qué harás entonces, mujer casada?
¿El alcohol?
¿La locura?
¿El suicidio?
¿No es más sencillo
hacer hoy las maletas
y venirte conmigo?
e.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario