Tarde
gris de cielo tormentoso, la luz va sediento ante la opacidad, las colinas
entelequias solitarias.
El valle
se encuentra en silencio, un silencio melancólico. Su corazón abatido ésta, sus
habitantes se han marchado, el arroyo a callado su cantar y el viento detuvo su
andar.
Todo
parece agonizar, es el principio del final.
El eterno
círculo gira sin parar, mudando la piel de antaño. Olvidando el miedo y la
destrucción.
Su corazón abriga la esperanza de un nuevo amanecer, nutrida de las lágrimas derramadas que purifican su alma y lavan su dolor.
Lunaoscura
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