Es una travesía que cruza
el firmamento en un éxtasis
de pasiones embriagantes
con besos que queman el alma
que estremecen la piel
que llenan cada poro de mi cuerpo.
Es una purificación casi violenta
que nos azuza, que nos domina
desbordada en gemidos
y complacencias,
de dos cuerpos en uno
y unos “te quiero” susurrados.
Lunaoscura
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