Miro por la ventana,
y miro un cielo plagado de nubarrones grisáceos. ¿Dejo mi mente en blanco? No,
no debo. Pero, carajos ni consciente soy de lo que pienso. Vuelo por una
atmósfera de ideas confusas con la mirada perdida en el lejano horizonte. Un
pequeño ruidito, me saca de mi abstruso viaje. Proviene de la otra habitación,
alguien habrá tirado algo. Resulta tan insignificante que antes de darme cuenta
estoy otra vez viajando.
Pasan los minutos.
Oigo el ruido de la calle. Los perros están ladrando, aguzo el oído, el sonido
tiene ritmo o es una melodía. No, son los perros. El tiempo pasa, me voy
alejando más y más. Ya no oigo nada. Sólo el leve zumbido del ordenador.
Tengo los pelos de
punta… Estoy bajando. Bajo primero despacio, pero voy acelerando. Creo que me
va a doler. Pero no, retorno a mi asiento con total ligereza. He vuelto al
origen.
¿Cómo escribir lo que
siento?
Lunaoscura
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