domingo, 21 de junio de 2015

En tres tiempos

Mayra, estaba sentada en una esquina de aquel antro de ambiente nebuloso, había asistido a petición de su amiga. En ese momento, se encontraba sola, Lisa estaba bailando, plácidamente disfrutaba de un cigarrillo y una copa, inmersa en múltiples ideas, en ese momento, se escuchó un tango, un hermoso tango, que por supuesto a ella le gustaba, Uno, era su nombre, con la melodía en sus oídos, desenfadada volteo a la pista de baile.

De la multitud, se desprendía un hombre, se dirigía directo a ella, de momento, no distinguió sus facciones, la luz de los reflectores le impedía observarlo bien, era una silueta alta y esbelta, de caminar sensual y seguro, lo observó encandilada. Él se ha próximo, le extendió la mano, Mayra, se levantó en silencio y con paso voluptuoso, se dirigieron al centro de la pista.

Se estrecharon en un abrazo cadencioso y táctil, sus pasos eran sincronizados, en cada vuelta en cada encuentro de sus cuerpos, había un estremecimiento que le electrizaba el cuerpo, nada ni nadie existía en esos momentos, solo dos cuerpos voluptuosos que movimientos serpenteantes se mecían al ritmo de la música.

Una vez que terminó la música, él continuo ciñéndole por la cintura, Mayra, se encuentra en un estado letárgico. La pista, se despejó quedando solo ellos en el centro de la pista, Mayra, no sabía qué hacer, el hombre, la miraba directo a los ojos, su mirada centellaba y su respiración era fuerte y agitada, se sintió confundida, después de unos instantes se soltó, dándole las gracias.

Con paso tambaleante, se dirigió a su mesa, volteo a la pista, él seguía parado allí. Después de unos segundos, inclino la cabeza, en ademán de despedida, dio la vuelta y se alejó entre la gente y la oscuridad.



Lunaoscura

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