martes, 25 de octubre de 2016

Espiral

Súbitamente despierto, estoy ahogándome en palpitante sudor, otra pesadilla me había sacudido. Eran las tres de la mañana, según marcaba el reloj, un escalofrió recorrió mi columna cuando de la nada, oigo una macabra carcajada. Como niño pequeño, deseé taparme de pies a cabeza y hacer de cuenta que no había oído nada, pero eso era imposible y lo sabía, así que, como un condenado al pelotón de fusilamiento, me levanté. La casa estaba en completa oscuridad, todos dormían plácidamente, con paso vacilante me dirigí a la planta baja, aguzaba el oído, al primer ruido extraño, estaba listo para refugiarme en mi alcoba. Llegué a la sala, no parecía haber nada fuera de lo normal, tras unos minutos me convencí que todo era producto de mi imaginación, más calmo, decidí regresar a dormir. Estado a media escalera, unos brazos me sujetaron en un abrazo frío e intenso, del cual no me puedo liberar, en esos instantes, unos labios rozaron mi rostro, un clamor bronco e ininteligible brotan de ellos. Me reforzaba por zafarme, de reojo, advertí un rostro angelical, pero cuál fue mi pavor, al ser testigo como ese semblante se iba deformando hasta convertirse en aquel demonio, el que me acecha en cada sueño. Intento chillar, y aunque mi voz parece no poder flotar al aire, mi grito me despierta, el reloj marca las tres de la mañana…


Lunaoscura

Daniela

Cómo me conmueven las mujeres. Cuánto me apenan. ¿Por qué una mitad de la humanidad se llevó un peso tan grande y dejó descansar a la otra?
Marcela Serrano, Diez mujeres 2014

lunes, 24 de octubre de 2016

Sed

Muero por beber
cada palabra, cada frase
que escribes,
sentimientos confesables,
saliendo de tu alma,
que sacian mi sed de ti.

Con las caricias  
que exhalan tus manos,
aspiro el olor de tu cuerpo,
en mí, tu pasión ha penetrado.

Con esa ansiedad te sigo,
con esa sed insaciable
de beberte sorbito a sorbo,
achispándome de tus palabras.

Ni vino ni champán.
La embriagues de tus monólogos
dejan mis afonías escondidas
entre tus letras y comas.

El corazón me explota
en interminables suspiros,
todo mi cuerpo tiembla,
mi alma, a buscarte escapa.

Con tus runas, vida mía…
¡haces que me enamore de ti!


Lunaoscura

Sensaciones

De un tiempo a la fecha, nota una sensación de inquietud, nerviosismo y ansiedad que se transforman en extrañas sensaciones que no logra controlar. No tiene descanso alguno, quisieran salir corriendo y dejar de preocuparse.

Efímera eternidad

AmandoASohin
No condenes a una eternidad nuestro amor,
no lo sumerjas a un pacto suicida.
Para qué, atormentar nuestros sueños y  
convertirlos en fósiles de arena y sal.

martes, 4 de octubre de 2016

Él me ama

Sé que me ama,
lo huelo en sus caricias,
en su mirada,
en cada gesto suyo.

El despliegue de su amor
transforma mi cuerpo
succionado por su sed;
yo, una gota horizontal,
que él bebe, sin pudor.

Haga lo que haga,
él ha decidido amarme;
cada roce es una profecía
que traspasa mis fronteras.

Caigo en sus brazos,
más que hacerme suya,
me elige como diosa  
de su santuario varonil.



Lunaoscura

Anhelo nocturno

Mi alma anhela una noche completa
en tus brazos, diluyéndome en tus caricias,
mientras tú extasiado te me entregas.

Para amarle

Para amarle desnuda
tu alma como quien
vive su muerte y resucita.

La vida

Vladimir-Kush
Con palabras amorosas y promesas sentidas es concebida, al cobijo de ilusiones y alegría, emerge cual pimpollo. Se alimenta de risas, ensueños y experiencias, de vez en cuando una pizca salada la riega. Jubilosa se siente plena, como tributo a la madre tierra regala sus semillas. El ocaso, se anuncia, es momento de cerrar sus pétalos, el ciclo sea cerrado.

Lunaoscura

lunes, 3 de octubre de 2016

Deseos apagados

En un infinito y fugaz embrujo,
tu aroma me abrazo en medio
de noctívagas sombras.

Me volví ilusión,
en medio del olvido y la soledad,
rogaba saber dónde estás.

domingo, 2 de octubre de 2016

Novilunio

Parecía que sería una noche como tantas, recluida en su auto infringido encierro. Sin embargo, de un tiempo atrás había algo que se movía en su interior, una especie de aburrimiento e inconformidad, el hecho era que esa monotonía la estaba fastidiando.

En un acto de franco motín, decidió salir. La noche era fría, el cielo era un río negro llenos de estrellas y los tejados, se curvaban y ondeaban en un auténtico torrente. Sobre la calle resplandecían los cafés y bares; la gente reía, pasaba o bebía. Había tanta claridad que la tristeza le invadió el corazón, algo se había ensombrecido con tanta luz, la melancolía era tan cruda.

Taciturna, se dirigió a uno de esos bares, donde las luces asemejan lunas destellantes y pálidas. Por un momento se detuvo, la avenida era larga y admirablemente estrellada, en ese fuego se dibujaban extrañas figuras que exaltaban su imaginación.

Un extraño escalofrío se apoderó de ella, una emoción imprevista y poderosa, un pensamiento que rozaba la locura. Por primera vez, después de tanto tiempo, sentía que iba a suceder algo extraordinario, algo nuevo. 

Con esa sensación inquietante, pero excitante entró a un bar. Se dirigió a la barra y pidió un trago. Después de haber dado algunos sorbos, sintió que la observaban, giro la cabeza y se encuentra con la mirada de un hombre que le sonríe. 

No lo conoce, no sabe su nombre. Él empieza a guiñarle y a sonríele. Ella, le devuelve la sonrisa, eso sí mucho más tímida, siempre ha sido muy cortada con todas estas cosas, pero él tiene algo. 

No puede negar que ese hombre, además, del halo de sensualidad que lo envuelve, su camisa de cuadros, sus vaqueros negros, el pelo revuelto, esa barba de tres días, y esa sonrisa completamente irresistible, tiene unos labios... que por un momento siente el deseo de probarlos, de saborearlos lentamente, dulcemente, mientras acaricia el corto pelo de su nuca… Se relame, suspira, imaginando su barba áspera, pero a la vez suave, rozando sus labios, haciéndole cosquillas, sus manos rodeando su cintura…

Tras un rato de soñar despierta, pide otra copa y sigue mirándole, completamente absorta en sus ojos color marrón. En un momento, se da cuenta de que él, también la miraba y un calor invade su cuerpo, subiendo a sus mejillas, aprieta con fuerza el vaso y aprieta los dientes, el corazón le late con fuerza.

Él, deja su vaso en la barra, y se levanta en dirección a donde ella se encuentra. Una voz interna, le dice: Luz por favor, tranquila, no es el primer chico que se te acerca. 

Se sienta en una silla a su lado, sin si quiera preguntar si está ocupada.

- ¡Hola! Me llamo Javier – sonríe acercándose a ella.

¡Qué fresco! Piensa Luz, pero le encanta. Le da un par de besos en las mejillas, su barba es más suave de lo que se imaginaba. No puede articular palabra alguna, pero sabe que ha empezado algo… esos que solo se encuentra en los bares... 

Después de una charla sin mucha trascendencia, Javier con una inclinación de cabeza le muestra la puerta lateral, Luz, asiste con la cabeza, se levanta seguida de Javier.

Caminan unas cuantas cuadras, llegan al departamento de él. Entran, la situación es algo incomoda y ambos tienen un poco de miedo de hablar y terminar sorpresivamente con la aventura.

Javier, le da vuelta y pasa sus brazos por su cuello, la besa con pasión, mientras sus manos comienzan bajar por su espalda. La atrae más a él, le levanta la falda… deseoso la acaricia. Ella baja sus manos y comienza a acaricias sus muslos, poco a poco, el silencio es inundado por murmullos apagados. 

Sus cuerpos se tensan, Luz clava sus uñas en su espalda y un gemido gutural se escapa de su garganta como un trueno en medio de una tormenta, afloja todo su cuerpo. Acaricia su cara, su sonrisa tiene una mezcla de complicidad y picardía.

Javier, reacciona y nuevamente la toma de las caderas, como si en ello le fuera la vida, sus gemidos pasan a ser gritos en cada embestida. Su cuerpo empieza a sacudirse y descargar toda su lujuria contenida.

Poco después, se separan, ella se dirige al baño, en tanto Javier va a la cocina por algo que tomar. Cuando regresa a la estancia, la llama, no obtiene respuesta por lo que se dirige al cuarto de baño, la busca, pero ya no está, sale rápidamente a la calle y tampoco está.

La cabeza de Luz, es un torbellino de pensamientos, que van de la realidad a la ilusión.


Lunaoscura