martes, 16 de junio de 2015

El viaje

Sentado frente al espejo he descubierto que el tiempo empezó a desdibujar mi rostro, esculpiendo los surcos de la experiencia. El descubrimiento me sorprendió, no sé, si para bien o para mal. Pero me hizo recordar que en mi mocedad, el solo hecho de imaginarme con arrugas y las primeras canas, me causaba terror, creía que era el principio del final.


Hoy puedo comprobar que no es así, si bien no hay frescura ni lozanía en mi piel, mis piernas siguen siendo fuertes para recorrer el sendero que falta, y mi corazón late tan fuerte como en el primer suspiro de vida, a pesar de sus heridas.

A través de este viaje, aprendí que el amor no lo puede todo, sino que son las circunstancias y el compromiso de las personas, las que determina la vida del amor. Así, hoy puedo decir, que hubo quienes me amaron y no pude amar, a quién ame y no me pudieron amar y quien nos amándonos pero no pudo ser, la vida siguió y sigue, y mi corazón aún no se rinde.

Tengo un cúmulo de experiencias de vida, creo que he vivido y falta mucho más por descubrir, es que así, en tanto, la travesía no termine, seguiré siendo un barco en alta mar que va sorteando y disfrutando el oleaje hasta el final.


Lunaoscura

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