sábado, 25 de marzo de 2017

Mujer de arena

Hoy me desperté, en medio de la penumbra de mi habitación. Me sentí como un célibe desierto de arenas blancas y sedientas. Toda una locura, lo sé, de pronto en esa caótica situación, tu imagen penetró como una brisa seductora proveniente del sur, cálida y suave.  

Rozaba lentamente mi continente, recorriendo valles, hendeduras y mesetas. Sabía que despertaba y descaradamente festejaba en la cima de mis montañas.

No había lógica ni sentido…, pero no me importo. Sucumbí al espejismo, dejé que penetrara mis más profundos deseos, brazas incandescentes devoran mis entrañas, humedeciéndolas en la más auténtica entrega.

Abrí los ojos, sobre mí, unos luceros, cual ascuas ardientes, me observaban. Sabía que deseaban, yo lo deseaba también. Espasmos me sacudieron, algo emanaba de la profundidad de mí ser, era mi esencia de mujer, que la ofrendaba a esos luceros que me acompañan a la distancia.

Hoy desperté y supe que te deseo y te deseo, porque te amo.


Lunaoscura

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