viernes, 10 de marzo de 2017

Tres de la mañana

Su llanto me despertó a las tres de la mañana, era un espectro derrotado y yo lo acompañaba, en principio, obligada por el miedo y después molesta, pero me detengo, aguzo el oído, me doy cuenta de que es una hermana que perdió el camino.

La atrajo la atrayente lata de la felicidad instantánea, sin darse cuenta que estaba caduca. La enveneno, esa es su escusa, quién puede saberlo.

Su vida transcurre entre alcohol y melancolía. Risas estúpidas y profunda pena. Arrastrando su confusión y rabia en la oscuridad de las madrugadas, hasta que el licor la derrumbe en el asfalto inerte.

La niebla mortecina nubla mi mente, su llanto lo escucho cada vez más distante, pero antes de que el sueño me robe la conciencia, deseo que las nubles etílicas adormezcan a esa pobre anima doliente.


Lunaoscura

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