jueves, 9 de marzo de 2017

Mientras todos duermen

Los paupérrimos árboles que se levantan para volver venoso el cielo nocturno, bajo la ambarina vigilancia de los faroles. Y esa oscuridad que se empeña en contradecir mi reclamo, invade inmisericorde mi intimidad, mi vació, mi plenitud de no ser.  Solo un gato que acompaña al silencio, se atreve a negarme la soledad. Nos miramos, sin detener el andar suave y sarcástico. Las dos almas hoscas, volvemos a nuestro trascendental silencio.  Al placer de ser y no ser. Hay algo mágico que se esconde en la oscuridad del silencio.


Lunaoscura

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