lunes, 28 de noviembre de 2016

Desierto

Desnuda sobre la inmensidad manida y gastada. Mi mente divaga, mis ojos caen y miran la nada, reverberando el Sol impasible ante mi desasosiego. Mi ser está empapado de esa sensación acuosa, salina y ardiente.

En este desierto, voy dejando huellas húmedas. Mis fuerzas han terminado derribándome. Mi rostro se ha sembrado en el suelo carente de tierra. En un absurdo juego, el ambiente se impregnó de un suave olor afrutado con trazos de madre selva.

Ante mí, a mucha distancia aún, hay algo. Algo indefinido. Algo borroso. Una mancha oscura que contrasta con el paisaje dorado y meloso. Será una vía de escape o la negra locura que vierte esa sutil malicia y desata este infernal anhelo.

Aún arrodillada, le miro. Me llevo las manos a los ojos, será un espejismo, producto de una imaginación aturdida que colapso por una melancolía silenciosa.

Es una entelequia color canela con lanosidad de obsidiana. Huele bien. Huele… a ilusión y esperanza.


Lunaoscura

Fellare

Lovers embrace
Afuera la lluvia lo cubría todo, la noche se veía más oscura que de costumbre. La luna está escondida entre las nubes y no parecía tener intención de salir. Veo a través del cristal empañado, salpicado de esas pequeñas gotitas que hacen el mundo borroso. Lo rozo con los dedos tratando de quitar un poco de vaho, pero enseguida vuelve a surgir para sustituir al que se ha ido. Aun así, sigo mirando a través de él, intuyendo todo aquello que no puedo ver.

De repente, siento tu aliento en mi nuca, desde mi estómago sube una oleada de pasión ígnea que me hace temblar, como siempre que te tengo cerca. Cierro los ojos y dejo que me des la vuelta y me abraces.

Lentamente, bajas tu mano por mi espalda, un agradable escalofrío la recorre detrás de tus dedos. Me estremezco, caigo rendida y busco tus labios. Te miro a los ojos, siento como los tuyos se me clavan, mi corazón late a cien por hora, suspiras, y yo sonrío. Sé que me deseas, lo demuestras con cada gesto.

En ese halo incandescente, tus dedos dibujan caricias en sobre mi rostro, sigues con un beso apasionado que hace que mis ojos se cierren. Muy despacio, me muerdes en la oreja. Me vuelves loca, quemas por igual fuera que dentro.

Lentamente nos dirigimos a la recamara, gentilmente me invitas a entrar primero, con pasión arropas mi cuerpo con el tuyo y buscas de memoria mis rincones por encima de la ropa. Te deslizas y aprietas con furia al encontrarlos.

Con prisa por tenerte, giro quedando de frente a ti, arranco tus botones y con fuerza despojo la camisa de tu cuerpo, mi mano se oculta debajo de tu pantalón, dejándome llevar por la voluptuosidad que me inunda en medio de esa oscuridad.

Arrastro una mano por tu ombligo, dibujando un camino hacia abajo, erizando tu piel con ese contacto. Llegar a tu intimidad viril, aprieto suavemente en una deliciosa mezcla de placer, dolor y excitación.

Siento tu cuerpo arder, sosegadamente me postro y mis labios bajan, dejando tu piel ardiendo a su paso, esa tortura te arranca un gemido, seguido de una advertencia “ni se te ocurra parar”.

Acelero el ritmo, creando más y más fuego, lasciva deseó que explotes y tus cenizas se esparcieran por la habitación. Siento las familiares contracciones apoderándose de tu cuerpo, provocándote oleadas de éxtasis una y otra vez, hasta que con una última contracción todo cesa.

Abro los ojos y pude ver cómo te desvanes delante de mí, como si fueras un fantasma evaporado en la nada. Suspiro, dejándome llevar por el sueño que lo engulle todo, incluso a mí.


Lunaoscura

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cenit de media noche

Saúl, trastabillaba por la calle silenciosa y húmeda. Llovía, era lo único que podía asegurar con certeza esa noche. Su recorrido lo llevó a un abandonado quiosco, sin saber bien que, hacia ahí, pero no le importaba en lo más mínimo.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Sensaciones

Tu piel tiene el olor de la tierra húmeda en la que descansan mis pasos, al viento que acaricia mi rostro, a la libertad que me permite ser lo que soy, olor que viene y va si entrecierro los ojos. Hueles al hombre que me envuelve en nuevas sensaciones. Hueles a miedo y esperanza. Hueles a lujuria y a ternura. Si la pasión ardiera, tú serías el olor del fuego que se enmaraña los cuerpos desnudos. Vas y vienes, a veces con el enigma de lo conocido, a veces como la claridad de un misterio. Te escapas y vuelas al sonar las últimas campanadas de la noche, me dejas ese recuerdo tuyo en el aire, recuerdo que se desvanece si no vienes con tu aliento de sueño.


Lunaoscura

Sombra

Déjame darte un beso, el silencio de la habitación es el cómplice perfecto; siento tu respirar lento y cálido… Me recuesto a tu lado, mis pupilas se llenan de ti, envolviéndome en un sopor que me atrapa… Esto es lo que tengo para estar contigo… Irrealidad que vela tu sueño.

Quisiera que vieras lo que siento… que sintieras lo que pretendo… Velar tu sueño, se queda corto… pensar, me sabe muy poco… solo sentirte me basta, porque sentir es la mitad de la realidad para esta esencia que ronda tu sueño.




Lunaoscura

Te huelo,
en la gélida brisa del crepúsculo.

Te huelo,
en el ocre de las hojas marchitas.

Tú, siempre tú
quintaesencia de un anhelo.