jueves, 2 de octubre de 2014

Calavera

Esa monda y pelada calavera
corona fue y undoso resplandor
y esas cuencas vacías un fulgor
que brillaba con luz de primavera.

La hendidura vacía, ya vacua y toda huera,
fue una fresa perlada en rededor,
y ese hundido malar fue un esplendor
con color del clavel que más luciera.


Y, ahora...... ¡una triste calavera!
que una fuente de magia fue en su jugo,
capaz de concepciones de primera.

La vida que venciendo como plugo,
trasforma en su final, que siempre espera
la belleza y la gracia en cosa huera.


Maximiliano Biezma Verbo

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