miércoles, 7 de febrero de 2018

Mascarada

La noche era agobiantemente bulliciosa, risas, voces y música se escuchaban por doquier. Ariana caminaba entre la multitud, ajena al jolgorio, era como un fantasma lastimero de semblante inexpresivo.

Después de un rato de deambular sin meta ni rumbo, se detuvo frente a una banca de algún lugar. Se sentó desgarrada y levanto la cabeza al cielo nocturno. La cabeza le daba vueltas, estaba confundida en una maraña de pensamientos y emociones.  

El devorador de sueños le había vuelto a engañar. No es que importara, pero… Eso no quiere decir que no fuera a volver a intentarlo. Las derrotas no sumaban y sin embargo… No había nada que perder, solo ese lento fluir ajeno al tiempo. Nada que ganar sino… De todas maneras, el tiempo no es para tanto cuando eres un ser sin palabra perdido en la mascarada grotesca de emociones superfluas…

El silencio, invadió su cabeza, era como si en ese momento todo se paralizara.

Cuándo eres… Cuándo eres, ¿qué?…

Se esforzaba por encontrar alguna respuesta. Después de varios minutos, su semblante se ilumino, había encontrado la explicación, tan obvia y tan insana.

Era verdad, el devorador de sueños le había vuelto a engañar, y ella, no había acabado de aprender que debe usar multifacéticas caretas.

Una sutil risa melancólica se dibujo en su rostro, suspiro hondamente. Se incorporó y dirigió sus pasos al baile de mascarás en donde él la esperaba.

Lunaoscura


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