martes, 27 de agosto de 2019

Sentires


En esas noches de nostalgia, me acerco al mar y me parece escuchar entre el sonido de las olas, pequeños susurros que intentan decirme algo. Y entonces, pienso en ti. Pienso en tu rostro, en tus ojos, en tus manos, en tu risa y tu humor ácido. Que no daría por estar a tu lado, por poder sentir la tibieza de tu cuerpo. Que no daría por estar a tu lado para contarte tantos anhelos, para que escucháramos la música que tanto amo, para que dejes de escuchar esas voces que atormentan tu alma. Te podría escribir una poesía, sin palabras, solo caricias que te liberen por unos efímeros instantes. Escucho el ir y venir de las olas, esperando que te traigan de vuelta a mí, pero muero de tristeza al imaginarme que eso ya no será. Ojalá, pudiera estar ahí para decirte que no pasa nada, que no necesitas de las olas para salvarte. Ojalá, pudiera estar ahí para oír tu grito desesperado que se queda ahogado, sin voz, entre las palabras cotidianas.

A veces te veo en sueños, te veo caminar lentamente, como si te pesaran tus pasos. Te persigo, me escondo y te sigo con cuidado para saber a dónde vas. Pienso que a lo mejor estás entretenido con alguna nueva historia. Y entonces, escucho el sonido del agua que cae y golpea unas pequeñas rocas. Pareces agotado, tus ojos están apagados y tu piel más arrugada que nunca. Por un momento se me ocurre que puedo salir de mi escondite y correr hacia ti para preguntarte qué te pasa, para decirte que no estás solo y que yo estoy ahí, pero, mis pies están congelados, fijos en el suelo y por más que intento gritar, tú no me escuchas. Suspiras, y te hundes del todo. Dejo de oír el agua, la brisa silenciosa solo se ha quedado levitando y tu último suspiro como una pesada carga. Grito, grito mucho, pero nadie me oye. Tú no me oyes. Ni siquiera yo puedo oírme. Y entonces, entre sudores, despierto de mis sueños.

Por más que sueñe una y otra vez lo mismo, nunca puedo salvarte. Y yo me quedo sin nada. Yo me quedo aquí, sola. Dicen que hay que hablar de lo que uno siente, que tenemos que expresarlo, contarlo, porque si no lo hacemos es como si nunca hubiera pasado. Yo quiero contar lo que siento. Por eso te escribo, para decirte lo mucho que te quiero. La gente podrá pensar que estoy loca, ¿cómo es posible que te ame? Pero que sabe la gente lo que yo he sentido cuando tus dedos acariciaron mi cuerpo. Qué sabe la gente lo que es el amor. Qué sabe nadie, lo mucho que has hecho por mí. Por eso te doy las gracias.

Lunaoscura

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