martes, 18 de julio de 2017

Un dulce despertar

Un rayo de sol entró por la ventana y la hizo revolverse entre las sábanas de satín blanco. Las enroscó entre sus manos, se acurrucó y con los ojos aún cerrados, dejó escapar una dulce sonrisa.

Se desperezó y sin dejar de sonreír se incorporó. La sábana resbaló por su pecho y dejó su suave torso desnudo. Sus ojos, aún no se abrían del todo, brillaban como si hubiesen pasado la noche almacenando felicidad. Sus labios se apretaban con cada segundo vivido que volvía a su memoria.

Sus manos recorrieron su cuello, sus hombros y sus brazos en un intento de volver a sentir una sensación similar a la que le habían producido las de él.

El solo recuerdo de los besos, caricias y susurros que él había escrito en su cuerpo, le erizaban la piel, en un electrizante sentir. Él la había confeccionado el mejor despertar de su vida.


Lunaoscura

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