martes, 8 de agosto de 2017

La rosa negra

Tenía la esperanza en que él muy pronto le declararía su amor. Después de todo, casi un año había pasado desde que aquel extraño hombre comenzó a entregarle una rosa roja casi diariamente. Y aunque él solo se limitaba a hablar de cosas cotidianas e intrascendentales, siempre la miraba de manera absolutamente inquietante.

A cada flor la acompañaba una pequeña tarjetita con un número represivo, escrito con tinta roja; lo que hacía pensar a Corina que eran los días que faltaban para que él por fin diera el primer paso para proponerle una relación amorosa. Qué romántico es, pensaba ella.

Aquella noche, se arregló más que nunca.  Llegó a la misma hora de siempre al bar en donde se habían conocido, y como era su costumbre él ya se encontraba en la mesa del fondo.

Se acercó para saludarlo, pero se sorprendió de recibir una rosa de color negro, aunque estaba absolutamente contenta, pues la flor de ese día era la del número cero.

El resto de la velada transcurrió con platicas de sobre mesa, pero él parecía algo tenso, por lo que Corina le preguntó sí pasaba algo. No en absoluto, fue la respuesta de él. Después de unos minutos, el hombre se disculpó y abandono el lugar con el desconcierto y frustración de la chica.

Tres días después, encontraron a Corina en su departamento, se hallaba recostada en su cama con una sensual bata de seda negra, sin una sola gota de sangre y una rosa negra tatuada en el pecho.


Lunaoscura

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