jueves, 26 de febrero de 2015

Tormento

Cuando, ya no estabas,
las noches mutaron
en soledad angustiante,
los recuerdos como espinas
venenosas desgarraban
a un iluso corazón anhelante.



Tus promesas cual pájaros,
al viento volaron,
buscando un nuevo horizonte,
mientras en guiñapo me convertía.

Tú, ya no me amabas,
en lamento silencioso oraba,
mis plegarías no se escuchaban.

Una muerte en vida padecía
por un necio corazón
que no entendía
que el amor también acaba.


Lunaoscura

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