viernes, 5 de septiembre de 2014

El billete de lotería

Pancho, vivía en una colonia popular, de esas que pululan en la Ciudad de México, era obrero en una fábrica de textiles, padre de tres muchachos y esposo de María. Como muchos, vivía hacinado en la casa de los suegros.

Obvio resulta que su vida diaria era apremiante, en virtud de ser el único sostén de la familia, no obstante, Pancho tenía una manía, cada viernes compraba un pedacito de un billete de lotería.


Eso se debía, a que años atrás, tuvo un sueño, en el que un hombre le obsequiaba un billete con el número 84513 que salía premiado con el premio mayor, de ahí es que cada viernes compraba invariablemente esos números.

María, por más que le decía que era una tontería y desperdicio de dinero, Pancho cada viernes compraba su billete.

Como rutina, una vez que se llevaba a cabo el sorteo, él comprobaba los resultados, en ocasiones obtenía un reintegro y en otras, sólo perdía el dinero.

Su familia, se burlaba de su sueño y María le reñía.

Un día María estaba recogiendo la ropa para lavarla, del bolsillo de una camisa cayó un billete de lotería, molesta lo recogió y lo hecho a la basura. Estaba harta de esa fantasía.

Ese mismo día, en la noche llegó Pancho apresurado, buscando su camisa, hizo tiradero de la ropa que estaba sobre la cama. Su esposa moleste, le pregunto.

-                    ¿Qué te pasa?
-                    ¿Dónde esta la camisa azul, mujer?
-                    Ella respondió desparpaja- ¡Pues colgada!

Al oír, esas palabras, Pancho, sintió un sudor frío y pregunto.

-                    ¿Colgada, en dónde?
-                    ¡Dónde va a ser, en el tendedero! –dijo ella.

Al escuchar las palabras de la mujer, el hombre salió corriendo, María lo seguía. En efecto, ahí a todo lo alto estaba la camisa, ondeando con el viento.

Su esposa lo observaba desde el lumbral de la puerta, Pancho, se llevó las manos a la cabeza y giro sobre sus talones. Su semblante estaba desencajado y los ojos inyectado, con voz quebrada, le inquirió.

-                    ¡Dónde ésta, el billete!
-                    María, despreocupada y con cierta burla, respondió- En la basura.

Una ráfaga de calor lo invadió, ¡esa mujer! Pero no había tiempo para discutir, se dirigió al bote de la basura, tiro su contenido e hincado empezó la búsqueda.

María, extrañada con la conducta de su marido, le pregunto.

-                    ¿Qué es lo que pasa?

Pancho, con rabia y frustración, le respondió.

-                    ¡Salió premiado, con el premio mayor!

María, al escucharlo, rápidamente le informó que ahí ya, no estaba, había tirado la basura en el camión en la mañana.

Pancho, dejó de buscar llevándose las manos al rostro, empezó a llorar. Su deseo, se había cumplido y se había desvanecido en la basura.

Lentamente, se incorporo, se notaba abatido. María, recogió el desorden, mientras su marido en silencio entraba a la casa.

Más tarde, llegaron los hijos y al ver a su padre en un rincón en silencio, le preguntaron a su madre que le pasaba. María, les contó lo ocurrido.

En una reacción inesperada, los chicos incriminaron a su padre, él guardaba silencio, pero lo más inaudito es que María se les unión.

Ahí, entre gritos e insultos, Pancho, se juró jamás volver a comprar un billete de lotería.

Lunaoscura


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