martes, 13 de septiembre de 2016

Luna de asfalto

Mientras la luna henchida y orgullosa, brilla en las cornisas sucias de la ciudad que duerme. La cercanía a la muerte alarga las últimas horas.

Salvador, sube y baja por la larga hilera de asfalto, la noche es suya. Sus párpados, lo traicionan, un sopor dulzón lo envuelve en una calma amortiguada por la distancia y la quietud, empapándolo con una luz cálida.

Un destello de luz y el crujido del asfalto. Un golpe y un lamento seguido de un largo instante.

Todo es negro.

La cómplice de la noche, exhausta alza el vuelo hacia el incipiente ocaso.


Lunaoscura

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