miércoles, 16 de septiembre de 2015

Lección de vida

Caminaba junto a la sombra, por ese corredor silencioso, impersonalmente estéril, alumbrado por una luz etérea, y citado por numerosas puertas con números. El silencio del lugar, era roto de vez en cuando, por susurros y risillas ahogadas. Estaba en un estado letárgico, sus sensaciones adormecidas, la emoción que la embargaba era una mezcla de naúseas y adrenalina.

Se detuvieron, frente al número trece, la habitación estaba en penumbras, había un ambiente de complicidad clandestina. Una vez que la sombra cerró la puerta, ávidamente se lanzó sobre su presa, en su mirada había un destello de lujuria, su presa no respondía, estaba ausente, solo permanecía estática condescendiente. Después de unos momentos, su cuerpo empezó a reaccionar a los toqueteos insidiosos de la sombra, era como si su cuerpo actuara con independencia y subversivamente a su voluntad.

Mientras, la sombra desnudaba su cuerpo y lo poseía, pudo comprobar, lo que tantas veces había escuchado, el amor y el deseo son dos caminos totalmente diferentes, nada tiene que haber uno con el otro, excepto, cuando el amor y el deseo se conjugan en un solo ser…

El agua se deslizaba por su cuerpo, la sensación de tibieza reconfortaba su alma y su ánimo, había tenido que experimentar para darse cuenta de la realidad…

Salió de baño, la sombra estaba tumbada en la cama completamente exhausta, tomo su ropa, se vistió y abandono el lugar. Había a prendido la mayor lección de su vida. Cuantas desilusiones y lágrimas, se hubiera ahorrado de haber sabido la verdad.



Lunaoscura

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