domingo, 24 de julio de 2016

Denes, el viejo escritor

El ambiente, huele a hojas añejas, a horas de insomnio, café, vino y tabaco. Sobre una mesa, al lado de una destartalada máquina de escribir, yacen cientos de hojas apiladas, llenas de garabatos cargados de recuerdos, anhelos o historias inventadas.

Denes, extiende la mano, elige un legajo al azar, se quita los anteojos, con desenfocada mirada, lee diligentemente el manuscrito y su memoria se remonta a esas noches, en que plasmaba en papel toda esa pila de ideas que acrecentaron su amor por la escritura.

Ni tanto vino y la melancolía, puede hacer que ignore el destello de los incesantes relámpagos, siempre oportunos para reflexionar. La tormenta está próxima, pero nada lo disipa de su pensamiento tan molestamente punzante como una espina que no asoma.

Sus obras tendrán el potencial para sobrevivirlo y dejar un legado. Denes, se ha convertido en un escritor escéptico y cansado que, descree en el entusiasmo de generaciones venideras por la literatura, solamente puede imaginar a su obra haciéndose polvo a la par de sus huesos.

La única satisfacción que le queda es seguir escribiendo y de vez en cuanto nutrir su ego con los tibios y cálidos elogios por alguna aparición en la revista local.



Lunaoscura

No hay comentarios:

Publicar un comentario