miércoles, 1 de julio de 2015

Intimidad

Aquella noche llegaste a casa muy cansado, había sido uno de esos días en que no tuviste ni tiempo para respirar, lo único que deseabas era tomar una ducha e ir a la cama. Entraste al cuarto de baño, mientras te quitabas la ropa, te observaba sin que tú te dieras cuenta, te pusiste bajo el chorro de agua tibia, me deleitaba viendo como el agua recorría por tu cuerpo. Empezabas a relajarte, en ese momento sentiste mi presencia, volteaste en dirección a la puerta, ahí estaba parada, cubierta solo por una blusa blanca y el cabello recogido.


La emoción, se reflejó en tus ojos y una sonrisa maliciosa adorno tu cara.
-         ¡Mi amor!...
-       Puse mi dedo sobre tu boca- ¡Shhhhhhhhh! ¿Acaso no adoras las sorpresas querido?

Tus ojos, destellaban esa picardía que tienes al mirarme. Te sonreía, humedecía mis labios, con la punta de la lengua, para mandarte de esos besos traviesos que nos gustan.

Te abrace fuertemente, mis labios se posaron en los tuyos, para sellar tu boca. Mi cuerpo se pegó a tu pecho, el agua corría por nuestros cuerpos, sentiste como mi cuerpo se estremecía al contacto con tu piel, deseando fundirme en ella.

Deslice mis manos por tu espalda, tu boca estaba desesperada por besarme… toda... por hundirte en mi intimidad y descubrir mis ardientes deseos.

Tome la esponja, te enjabone con suavidad, empezando por los hombros, pasando por tu torso y así continúe sin quitar mi mirada de tus ojos... sabía que estaba haciendo lo que tú deseabas.

       - ¡Me gusta! -Dijiste- no podías dejar de mirarme y ver como el agua recorría mi   rostro...

Tus dedos se enredaron en mi cabello, el deseo te invadía... sincronizamos nuestros movimientos, a tal punto que éramos uno solo en nuestra intimidad. El agua, caía por nuestras cabezas sin poder ahogar nuestros deseos, tu boca busco la mía para unirnos en apasionados besos. Me miraste con ese brillo complaciente, diciéndome al oído.

¡Mi vida, te amo!

Lunaoscura

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