Estás
desnudo,
tiemblas
al tacto de mis manos
eres
como una avecilla vulnerable
como
sólo el deseo podría trastornarte.
Nos
tocamos con ese dolor tan suave
que
es la entrega en la que conocemos
el
abandono de los miedos.
El
placer nos lame nos devora
y
el mundo se apaga,
se
pierden
en
carne viva y pura.
Lunaoscura
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