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sábado, 1 de abril de 2017

Premonición

Todo comenzó hace un año, cuando Luis regresó a casa con un terrible dolor de cabeza que apenas pudo llegar a recostarse a la cama. Al día siguiente, le pregunte como se sentía, pero su aspecto lo decía todo, demacrado con unas ojeras alrededor de los ojos, lo primero que hizo fue contarme algunos fragmentos de sueño que tuvo.



-       … Solo recuerdo una carretera, un cielo borrascoso y húmedo, me acompañaba una mujer joven a la que solo le veía parte del rostro, de tez muy blanca, casi traslucida. Yo traía puesto un traje negro muy pesado. Recuerdo que ella me decía: No mires hacía atrás… él nos sigue… no mires atrás o te verá... y no volveremos a estar juntos.

Luego un terrible sonido me impidió escuchar lo que me decía, era el ruido de un accidente de auto. Nos volcamos y logré ver cómo ella salía disparada por la ventana. Al minuto, silencio... un silencio profundo y perturbador que me heló la sangre… no recuerdo más, hasta que me vi en un hospital. Enseguida, un cementerio y finalmente me veía llorando en la playa.

Cuando desperté, un escalofrió recorrió mi espina dorsal. Estaba a salvo y en casa... pero ese sueño había sido tan real, tan vívido tan desesperante...

Lo observaba con detenimiento, él se esforzaba en recordar lo que la chica de su sueño, le había dicho antes del accidente, eso que, según él, no había logrado escuchar.

Después de mucho rato, recordó lo que ella dijo: “No dejes que te atrape… no dejes que te atrape”, no estaba muy seguro, pero, ahí nos surgió la duda, quién los quería atrapar. Luis, en esos momentos, reflexiono y señalo.

-       ¡Qué estúpido, fue solo un sueño! No hay nada de que martirizarnos- en su pálido rostro se dibujó una sonrisa- se levantó de la cama para prepararse a salir.

Esa noche en que llegue a casa, Luis ya había llegado, estaba en la sala viendo televisión. Cruzamos algunas palabras, él se retiró a su recamara, y yo todavía me quede revisando algo del trabajo.

Serían como las tres de la mañana, cuando un grito proveniente de la habitación de mi compañero, rompió el silencio. Cuando llegué a su cuarto, estaba sentado con el rostro libido y sudoroso.

-       Este sueño, sí lo recuerdo, - balbuceaba sin sentido- me vi en un funeral con el traje pesado del sueño anterior… un hombre me decía que, yo había tenido la culpa de que ella estuviera muerta… después aparecí en un cuarto oscuro donde había un extraño olor... como a gaucho quemado… un sonido ensordecedor me hacía subir la adrenalina.... yo sabía que algo andaba mal, pero no estaba seguro de que era… Una y otra vez se escuchaba y yo no podía ver a nadie en esa oscuridad… De pronto, el silencio y después un grito que me estremeció. Algo, me atacaba, aunque no estaba seguro... sentía los golpes y los rasguños... los ataques una y otra vez. Al final terminé destrozado y escuché la voz de aquella chica que me decir "Siempre estaré contigo"

Luis estaba muy asustado y yo más. Trato de levantarse cuando un terrible dolor en el abdomen lo tiro al suelo. Corrí a su auxilio, con gran trabajo le ayudé a levantarse y lo conduje al baño.

A los pocos minutos, un grito de dolor, hizo que entrara al cuarto de baño. Ahí estaba Luis, frente al espejo con la camisa del pijama enrollada en la parte alta de su dorso, el espectáculo que queda a la vista era verdaderamente horrible, su cuerpo estaba lleno de rasguños y moretones por todos lados, además, una horrible cortada recorría su abdomen de lado a lado.

Luis, salió de la casa, sin darme tiempo a nada, con las pocas fuerzas que tenía se dirigía a un pequeño hospital cercano a nuestra vivienda. No había avanzado más que unas pocas calles, cuando en una de las esquinas, un hombre golpeaba a un chico. Luis con todo y su estado, se aproximaba para defender a la víctima. No hacía caso a mis suplicas, estaba a punto de llegar a su lado, cuando el sujeto, sacó una pistola y le dio un tiro en el cráneo al chico. Yo grité y Luis cayó desmayado.

Cuando despertó, estaba en el hospital lleno de vendas y su madre estaba a su lado. Infructuosamente, la señora le preguntaba que le había pasado, él se limitaba a guardar silencio. Cuando la señora salió de la habitación, le pregunte por qué no le había dicho.
-       Como crees, quien me va a creer que una pesadilla me dejo así.

El médico, informo a la madre de Luis, que lo más probable es que había sido atropellado por un auto, ya tenía quemaduras provocadas por asfalto, además de varias piedrecillas incrustadas en el abdomen. Lo que me estaba sucediendo era inverosímil y yo no podía decir lo que realmente había ocurrido.

Me ofrecí para quedarme con mi amigo Luis, estábamos juntos en esto. En la noche, una enfermera entro al cuarto a ponerle suero a Luis. Entre dormido y despierto, algo le llamo la atención, intranquilo, señalaba a la enfermera, esta le sonrió, diciéndole, si necesita algo voy andar por aquí no se preocupe. Y salió.

-       … su rostro - ¿qué rostro?, ¿qué dices? - es ella… la chica del sueño. -Yo no salía de mi asombro.
Un día me puse a hablar con ella, su nombre era Nadia, lo que me dijo, me clavó en el piso. Su hermano había muerto años atrás cuando un tipo le dio un tiro en la cabeza, en el mismo callejón donde Luis intento ayudar al chico unos días atrás.

Esa información, no se la conté al pobre de Luis, ya era demasiado para él…. Y para mí también.
Pasaron los días y yo veía como Luis se iba encariñando con Nadia. El día que lo dieron de alta, quedó con ella, que saldrían a tomar un café algún día.

Como una semana después, Luis le hablo para salir. Cuando volvió a casa, era obvio que mi compañero estaba enamorado y por lo que me contó eran muy compatibles.  

Con el tiempo ella acepto ser la novia de mi amigo, pero no sospechaban la pesadilla que aún tenían que vivir.

Unos meses más tarde, Luis recibió una terrible noticia, un tío muy querido de él, había fallecido. Cancelo la cita que tenía con Nadia, para ir al funeral, pero no tenía trajes negros, Nadia, le dijo que no se preocupara, ella tenía uno en su casa. Sin demora, Luis se digirió a recogerlo.

Llego a la casa de Nadia, ella lo recibió muy bien y le mostró el traje. Por lo apurado que estaba, se lo puso, aunque le quedaba grande, y parecía muy viejo.

Nadia, le llevo frente al espejo, mientras ella atendía una llamada, cuando se vio reflejado, en ese momento todos aquellos recuerdos de sus pesadillas, regresaron de golpe… Era el traje… era el traje que portaba en su sueño… el traje pesado y negro…

El terror, lo paralizo, en ese instante Nadia entró gritando por la puerta.

-        ¡Vamos, es él! -Confundido y asustado Luis corrió con Nadia a la parte trasera de la casa, logrando salir por allí. - Ella estaba asustadísima.

Corrieron a auto y tomaron la carretera, un auto los seguía. Ella le explicó todo en ese momento. El tipo que los seguía era un vendedor de droga que tenia de cliente al hermano de Nadia, como él le debía dinero y nunca le había pagado, el sujeto lo había asesinado y ahora quería matarla a ella también.

En ese momento, Luis se dio cuenta que ese sueño se estaba volviendo real, todo estaba pasando.

Ella comenzó a decir esas palabras "no dejes que te atrape ... no dejes que nos atrape" En eso, un tráiler se les cerro, volcándolos, pudo ver como Nadia salía por el parabrisas y se incrustaba en el pavimento. Mientras a él un trozo de vidrio le cortaba el abdomen y sentía los pedazos de pavimento y piedras estrellarse contra él.

Una vez, que el auto se detuvo, Luis salió y corrió al lado de Nadia, casi no podía ver por el polvo y el dolor de sus heridas.

Ahí estaba Nadia, herida de muerte, un vidrio se le había clavado en el pecho y su cabeza se veía muy maltrecha. No podía creer que la chica que más había querido en su vida se estaba muriendo, y no podía hacer nada. Al final murió en sus brazos, lo último que dijo fue "Ya no podremos estar juntos, pero te amo…te amo mucho… Siempre estaré contigo"

Llego la policía y la ambulancia, Luis no quería que lo atendieran, quería morirse, pero recordó a su madre.

Al día siguiente, acompañe a Luis al funeral de Nadia, todas sus amigas enfermeras del hospital fueron a despedirse de ella, pero ella no tenía familiares que la lloraran, ahora estaba junto a su hermano.

Un hombre se acercó a la madre de Luis, y le preguntó algo. Luego se dirigió a Luis, y le dijo: "Tú tienes la culpa de su muerte... infeliz"

Era el mismo hombre del sueño. El hombre se fue, la madre de Luis nos informó que le había dicho que era el tío de Nadia.

Pasó una semana y Luis no comía, estaba devastado y yo solo podía verlo... la maldita exactitud de ese sueño con lo que había pasado, era algo irreal.

El médico que había atendido a Luis, le llamo por algo muy extraño que había encontrado. Las heridas que había sufrido en el accidente eran casi las mismas que tuvo cuando se desmayo en la calle meses atrás.

Luis salió a caminar. Todo parecía haber sido una larga y terrible pesadilla; pero desgraciadamente no lo era, se puso a llorar al recordar a Nadia, su sonrisa, su mirada, su cabello… La había perdido y nunca más la volvería a ver, ni siquiera en la otra vida, estaba seguro de eso, porque no evito algo tan terrible que de alguna manera sabía que pasaría.


Lunaoscura

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