Impasible y lejana, cual
luna,
se encuentra la memoria
de una alborada tierna,
donde me dijiste
“Te quiero”
Esa noche de luna llena,
te entregué mi amor pleno,
sin pensar que terminaría,
en un pozo de profunda
pena.
Sin rumbo y sin alegría,
deambule en la penumbra,
solamente al amparo
de una luna distante y
fría.
Goce y sufrí intensamente,
sólo por haber amado
sin reservas ni miedo
de una manera total.
Fue amarga la enseñanza,
más no hay resentimiento,
fue autentico mi sentir y
conservo esperanza.
A ti las gracias te doy,
no fuiste el amor de mi
vida,
sólo un hábil preceptor
de los límites del amor.
Lunaoscura
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