Me
seduce converger contigo, una y otra vez, donde sea y donde venga, en los
callejones somnolientos del tiempo, entre los arbustos florecidos de los anhelos,
detrás de los escaños vacíos del olvido, con desprevenido desparpajo e indolente
indecencia. Cabalgar ahí entre los pliegues de una realidad aparente, ilusoria,
sin solución de continuidad, jadeantes, transpirados en los desbordamientos de
la imaginación y del delirio que permanecen soterrados en los oscuros túneles
del deseo. Quedar prendidos en una unión interminable y procaz de ángeles
marchitos y vírgenes mustias.
Lunaoscura
No hay comentarios:
Publicar un comentario