En
estas horas de orfandad, tu recuerdo con olor a tierra mojada y a rocío
mañanero es mi consuelo. En la opacidad de mi existencia el recuerdo de tu café
recién hecho me remonta a esos días llenos de colores, flores, risas y sueños,
donde mis pies descalzos no temían recorrer las veredas en busca de nuevas aventuras.
Hoy
mi cuerpo titirita en una paupérrima cotidianidad que apergamina mi corazón.
Solo la reminiscencia de esos días en el que, a tu lado, el joven sol
acariciaba mi diminuto cuerpo remojado con las aguas heladas del río, es la
fuente de mi fuerza para continuar este andar solitario.
Hoy
en la adultez, tu recuerdo es la luz que me encamina para algún día nuevamente
este a tu lado.
Lunaoscura
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