Martín se dirigía como
todos los días a su casa, pero esa noche tenía algo especial, una brisa gélida
acompañada de una densa neblina la envolvía y la calle estaba totalmente
desierta, cosa que no era normal porque estaban en verano y generalmente las
personas salían hasta tarde a la calle.
El único sonido que
percibía era el retumbar de sus pasos sobre las baldosas, sin embargo, tenía
una sensación de zozobra, una angustia lo invadía. Acelero el paso, de forma súbita
un alarido sobrehumano, lo clavo al piso, un choque eléctrico le recorrió el
cuerpo, el corazón se le acelero, sentía sus palpitaciones en el cuello y su
respiración era entrecortada.
Lentamente giro la
cabeza a la izquierda, la brisa se hizo más creciente, las hojas de los arboles
hacían un chasquido agudo al chocar entre sí, no veía nada, pero unos pasos se
acercaban a él. Un sudor frío le perlaba la frente y sentía que el corazón en
cualquier momento se detendría.
Bruscamente, unas
manos lo tomaron por los hombros, eran tan fuertes que le produjeron un intenso
dolor. En un solo movimiento, lo giraron en su propio eje, Martín quedó de
frente a un espectro.
El ser era impresionantemente
fuerte, alto, pero no tenía rostro, vestía harapos desgarrados de lo que había
sido una túnica negra. Unas lágrimas ardientes se deslizaron por las mejillas
de Martín, el pavor se había apoderado de él y una certeza de final lo inundó.
Una voz profunda se
hizo escuchar, “es hora de unirte a los demás”.
Martín, percibió el hedor
que desprendía el monstruo, sintió desvanecerse, pero el ente no lo dejó caer, lo
seguía sujetando fuertemente por los hombros. En un instante, unos alaridos desgarradores,
invadieron el espacio, antes de perderse en la oscura nada, pudo observar que,
se acercaban de todas partes cientos de ánimas descarnadas que extendían sus
brazos hacia él.
Lunaoscura
inquietante pesadilla,muy directa y bien desarrollada..me gusta..
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