Corre, correr, correr
no pares, no mires atrás. Acaso pudieran estar justo detrás, a punto de
cogerte, y ahogarte en tu propio grito de miedo.
Cómo has podido ser
tan descuidado. Estabas tan feliz pensando en el festín que se iba a dar…, pero
no volverá a pasar, no otra vez.
De ninguna manera,
aunque sea el único que quede, quiero vivir… ¿Quién sabe si habrá otros como yo
por ahí? Escondidos, comiendo lo que deja esta raza dominadora, que sin
escrúpulos ha arrasado con todo, ha dejado al planeta reducido a muerte y
miseria.
¿Cómo es posible que
hayamos llegado a esta situación? Estoy cansado, cada día más, mientras estos
malditos persiguen y destruyen todo a su paso.
Antes de que aparecieran,
no temíamos a nada… o a casi nada, había muchos más de los míos por aquí
rondando. La comida era mejor y más abundante, hasta el agua sabía mejor.
Teníamos esa sensatez
innata de respetar y no abusar de lo que se nos ofrecía y se ponía a nuestra
disposición para saciarnos. Pero estos bichos de dos patas, no desean ni
respetan el equilibrio que debe haber en todo planeta habitable.
¡Pum!
El último rinoceronte
negro, se preguntaba.
¿Por qué?
Lunaoscura
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