Mira
siempre por la ventana, solo mira el jardín con su pasto verde y las rosas y
claveles que florecen. A veces, se imagina corriendo, embargado por el olor del
pasto, de la tierra mojada y el dulce aroma de las flores, y su rostro
acariciado por el viento.
Pero
solo mira, solo podía mirar su reflejo en el cristal. Su sueño se empañaba y
regresaba a su realidad, una realidad agria, triste y oscura. Día tras día, en
su cabeza escuchaba: “Vives prisionero,
vives a través de tus ojos, cuando ves hacia adelante, solo está ese jardín.
Eres un prisionero, añorando su libertad, deseando volver a la libertad, pero
lo sé, la libertad no es posible para ti”
Sus
ojos se inundan, ruedan por sus mejillas lágrimas amargas, la única muestra de
libertad, la única muestra de vida.
Él
era un prisionero y su carcelero. A pesar, de que su corazón desea sentir y sus
manos quieren tocar o de sus piernas caminar…, pero no saben que, él ya no
quiere. Se conforma con ese jardín, que tan cerca y tan lejos, le hace sentir
que la libertad es casi palpable, aunque siga prisionero.
Lunaoscura
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