El ciego y el niño
(1642), José de Ribera y Cucó
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Jorge, había nacido
ciego por un mal congénito, como era de esperarse la preocupación y la tristeza
hizo presa, en principio, de sus padres pero poco a poco, esos sentimientos se
transformaron en actos que estaban encaminados a que su hijo, a pesar de su
situación, tuviera una vida normal.
Fue tal la seguridad
que adquirió, que no usaba ni perro guía ni bastón, llegó incluso a desarrollar
actividades como surfear, practicar artes marciales con destreza sin ayuda
alguna.
Con el pasar de los
años, Jorge se enamoró de Sofía, después de un año de noviazgo decidieron
casarse y formar una familia. Vivieron veinte años de amor, felicidad y
comprensión.
Un día Sofía enfermó
gravemente y cuando agonizaba, se lamentaba por dejarlo solo en esa oscuridad.
Él, la reconfortó, diciéndole que gracias a ella y a su amor, podía decir de
qué color es la felicidad.
Uno de sus nietecitos,
lo escucho, después de un rato, el jovencito le preguntó:
- El color de la felicidad, para mí, es el negro.
- ¡Cómo crees abuelo! El negro es la ausencia de colores.
- Hijo, es el único color que conozco. Y en medio de esa negrura, tu abuela fue mi máxima felicidad.
Lunaoscura
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