Noche fría y lluviosa, acompañada
de mi soledad,
sin más que hacer, que dejar
pasar el tiempo,
de pronto entre la oscuridad apareciste
tú,
empezamos hablar, surgiendo
palabras impensables,
sumergiéndonos en un mundo vertiginoso
de pasión y lubricidad;
dos desconocidos seres, almas
gemelas llenas de pasión,
invadida de una sed que,
únicamente tus palabras la calmarían,
acariciaste con tu voz mi cuerpo,
haciéndome tuya
en la noche oscura de los tiempos.
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